Proyecta

Difícil, cuando se apaga la luz, cuando se nos apaga la luz.

Difícil, como el tiempo que nos ha tocado vivir. Difícil.

Esconderse no solventa el problema, es probable que no pase, que se quede a vivir con nosotros y decida hacerse una mochila para ir bien agarrado a nuestra espalda.

Pero hasta el Sol deja de iluminar zonas de La Tierra para volver a proyectar pasado un tiempo. NO a todos los lugares llega con la misma intensidad, NO a todas las horas tiene la misma fuerza, pero nosotros (tú que me lees y yo que nos escribo) siempre hemos sido de «SÍES» y después de un tiempo de reflexión, ya iba siendo hora de volver.

Porque estamos aquí para irradiar lo que somos, lo que sentimos y PROYECTAR lo que queremos alcanzar, engrandecer, iluminar. Para apagar las tinieblas que se han acumulado en un mundo privado de sonrisas visibles, en el que nos ha tocado pasar una época. Una de las que puede que acaben con un planeta que no ha hecho sino darnos oportunidades de mejorar.

Si está en nuestra mano, no puede ser una vencida y simple, que cuelgue al final de un brazo sin ejercer resistencia. Debe ser la que se alce con un dedo por delante indicando un camino a seguir, un atisbo de luz, un «tierra a la vista», una idea que de pie a seguir construyendo y avanzando, mejorando como persona, como especie, como sociedad, como HUMANIDAD.

Porque llevamos tiempo sin ver sonrisas, pero anda que no hay nuevos surcos junto a los ojos que dan cuenta de las que nos hemos perdido.

Estos dos grandes artistas de la foto decidieron hacer las posturas que quisieron y a mí me inspiró así. Bellas almas que reflejan el poder de la luz.

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