Proyecta

Difícil, cuando se apaga la luz, cuando se nos apaga la luz.

Difícil, como el tiempo que nos ha tocado vivir. Difícil.

Esconderse no solventa el problema, es probable que no pase, que se quede a vivir con nosotros y decida hacerse una mochila para ir bien agarrado a nuestra espalda.

Pero hasta el Sol deja de iluminar zonas de La Tierra para volver a proyectar pasado un tiempo. NO a todos los lugares llega con la misma intensidad, NO a todas las horas tiene la misma fuerza, pero nosotros (tú que me lees y yo que nos escribo) siempre hemos sido de «SÍES» y después de un tiempo de reflexión, ya iba siendo hora de volver.

Porque estamos aquí para irradiar lo que somos, lo que sentimos y PROYECTAR lo que queremos alcanzar, engrandecer, iluminar. Para apagar las tinieblas que se han acumulado en un mundo privado de sonrisas visibles, en el que nos ha tocado pasar una época. Una de las que puede que acaben con un planeta que no ha hecho sino darnos oportunidades de mejorar.

Si está en nuestra mano, no puede ser una vencida y simple, que cuelgue al final de un brazo sin ejercer resistencia. Debe ser la que se alce con un dedo por delante indicando un camino a seguir, un atisbo de luz, un «tierra a la vista», una idea que de pie a seguir construyendo y avanzando, mejorando como persona, como especie, como sociedad, como HUMANIDAD.

Porque llevamos tiempo sin ver sonrisas, pero anda que no hay nuevos surcos junto a los ojos que dan cuenta de las que nos hemos perdido.

Estos dos grandes artistas de la foto decidieron hacer las posturas que quisieron y a mí me inspiró así. Bellas almas que reflejan el poder de la luz.

Días agitados

Para mí, una de las cosas más bonitas del mundo es la profesión que he elegido desempeñar, pues tengo la suerte de:

Ser guía en la construcción de futuros próximos y sucesiones de los que vendrán después. “Influencer” de hábitos saludables sin necesidad de redes más lejanas que las que teje el cariño y la palabra cercana. Instructor en inquietudes que generan hallazgos ya descubiertos por muchas otras mentes con anterioridad, o no. Estudiante de paciencia y sin ninguna duda: APRENDIZ.

Días agitados existen desde siempre y siempre existirán. Es en estos en los que hay que sentarse a pensar, reflexionar y recordar qué nos ha llevado hasta este momento exacto y por qué hemos elegido ilustrar historias reales en lienzos cambiantes e irregulares, abiertos a plasmar lo que se les transmita como verdad. Donde focalizar el respeto como logro y no desde la imposición, nos guíe hasta un espacio habitable que siga fabricando esperanzas, despertando ilusión, “andamiando” sueños.

Porque días agitados siempre van a existir pero las ganas para combatirlos hay que trabajarlas antes de empezarlos a vivir.

Apoyabrazos

“En un vehículo, pieza, a veces abatible, que sirve para apoyar los brazos.”

Esta es una parte de la definición que ofrece la RAE para definir esta palabra.

En el cine, en un avión, en tren, tranvía, metro, barco, salas de espera… muchos son los lugares en los que a menudo debemos compartir un espacio tan reducido como es el apoyabrazos de los asientos que se nos brindan, alquilamos o pagamos por un tiempo determinado.

Compartir, que palabra esa.

Anteponer mi brazo para que la otra persona no tenga ni un hueco y se decline por apoyarlo en el otro o no se apoye, ¿es compartir?

Coger la parte que más me convenga para estar cómode e ir apropiándome del espacio, tampoco es compartir.

A día de hoy yo no me he puesto de acuerdo con otra persona desconocida para ver dónde sitúo mi brazo, pero lo cierto es que no me han hecho falta las palabras para gestionar que yo pongo un rato el brazo delante y otro rato atrás.

Que chocarse de vez en cuando es lógico, no todo el mundo tiende a ceder un espacio tan cómodo. Pero el roce hace ceder hasta a las rocas más duras, si no que se lo digan a Doña Erosión.

Hay sitios que para comodidad de usuaries han decidido hacerlos más grandes, total, evitamos confrontaciones, incomodidades.

En este caso compartir es una medida de convivencia. De la falta de trabajar cada quien su capacidad de compartir nacerá su propio egoísmo y la comodidad de viajar, esperar, visualizar… la soledad

Nada

Eso es lo que nos vamos a llevar de aquí

tú, yo y cualquiera.

Lxs de derecha, lxs de izquierda,

lxs que rezan y lxs que no lo hacen

lxs amantes y lxs que nunca amaron.

Asesinxs, violadores, desgraciadxs,

buena gente, deportistas o intelectuales.

NADA de NADA

Ricxs, pobres, afortunadxs y sin suerte,

jóvenes y ancianxs de cualquier país.

Mereciéndolo más o menos,

de forma justa o injusta,

todxs nos iremos de aquí, sin NADA.


¿Es importante lo que nos llevamos?


Nada es lo que cuesta pararse y pensar,

reflexionar sobre lo que SÍ vamos a dejar.

Nada será lo que importe el qué dirán

de aquellas personas que están por llegar.

Pues si todo sigue importando Nada

no habrá Nada que cambiar

porque el legado que hemos elegido dejar

será, eso mismo, NADA.

De ese tipo de …

… persona que cautiva, porque hace con pasión su día a día.

… persona que enamora, porque hace de su bondad un bien social.

… persona que nutre al planeta sembrando acciones de futuro.

… persona comprometida, que quiere ser feliz día a día.

… persona necesaria para evolucionar.

… persona comprensiva, que celebra el bienestar social.

… persona sabia, que reflexiona antes de actuar.

… persona correcta, con saber estar.

… persona que busca su lugar.

… persona que siempre quieres mirar.

… persona que camina con decisión hacia la incertidumbre común.

… persona que sueña para cumplir.

… persona que escribe para compartir.

… persona que entrega el corazón, sin esperar compensación.

… persona con coraje, para disfrutar del oleaje.

… persona con cautela, cuando el tiempo la requiera.

… persona con paciencia al volante.

… persona sonriente.

… persona saludable, que disfruta de los placeres terrenales.

… persona lectora, que dejó volar su imaginación y así se quedó.

… persona consciente, que se esfuerza por mejorar.

… persona creativa, que construye su vida cada día.

… persona que disfruta porque respira.

… PERSONA.

Te pido perdón

Por formar parte de una sociedad que ha podido hacer más para que estuvieras aquí y no quiso.

Por no haber cortado de raíz todas las conversaciones en las que se toleran las faltas hacia la libertad de las personas.

Por verte marchar por el simple hecho de ser mujer o hacer algo que te gustaba.

Por tener que seguir lidiando a diario con comentarios irreproducibles por alguien que se cree humano.

Por no haber sabido educar a tantos…

Porque primaran las excusas o la faltas de pruebas antes que tu libertad.

Por haber nacido en un tiempo en el que las luchas se hacen por wathsapp con una imagen de solidaridad.

Porque hablar de respeto es más fácil que enseñarlo desde la equidad cuando los ideales se nublan con unas copitas de más.

Por no haber reaccionado antes y cometer errores de ignorante.

Por ser hijo, sobrino, nieto, familiar, amigo, amante y no tener palabras para consolar la marcha de una persona con la que nunca llegaremos a hablar.

Más que por enseñar…

… es por disfrutar de la guía que ofrecemos, por captar la esencia de las sonrisas que brotan al llegar al descubrimiento de algo nuevo.

Más que por enseñar es por la magia que se crea entre personas que no se conocen y deciden remar para construir cosas juntas.

Más que por enseñar es por compartir:

⁃ la felicidad que desprenden los seres tan maravillosos que se nos ha encargado nutrir de sabiduría.

⁃ la energía que renueva día a día la demanda de encontrar llaves para puertas antes impensadas.

⁃ la inocencia indeterminada.

⁃ la creatividad desbordada por la inexistencia de límites “adulterados”.

Más que por enseñar es por seguir aprendiendo y agradeciendo poder trabajar en lo más parecido al “país de Nunca Jamás”

OmbligO

Regalo de unión entre el inicio y el amor,

agujereado o abombado,

redondito o achinado,

mágico seguro,

por eso todxs tenemos

como mínimo

uno.

EL OMBLIGO.

Un vínculo con la vida, un nexo que perdemos pronto y nos acompaña el resto de nuestro tiempo.

Eso como mínimo.

Luego estamos los que vamos creando nuevos ombligos a lo largo de nuestra vida; me explico:

Si la unión que se genera entre una madre y su feto deja esa original marca en el cuerpo, única y duradera, tampoco es tan extraño que al crear nuevos vínculos tendamos a generar nuevas señales. Cierto es que madre no hay más que una, pero los lazos se siguen formando año tras año no solo con ella. Existe esa familia que uno elige, amigos que dejan sus señas en el corazón. Hay amores que nos acompañarán para siempre y proyectos que se vinculan tanto que son una extremidad más.

Eso como mínimo.

Situaciones que nos ponen a prueba y momentos que no queremos permitirnos olvidar. Puntos, rayas, dibujos, letras, colores… ahora cada cual elige su decoración final.

Hace unos años este espacio y yo creamos un vínculo y hoy:

nuestro ombligo.